Se realiza una pequeña incisión y se introduce un electrodo que genera calor por radiofrecuencia cauterizando el segmento del nervio comprometido e impidiendo de esta forma que el cerebro continúe recibiendo señales, reduciendo e incluso eliminando el dolor lumbar.
Los bloqueos e infiltraciones consisten en inyectar anestésicos, esteroides o narcóticos directamente a los nervios o en los segmentos adyacentes de la zona lumbar afectada, mediante procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos, que permiten mejorar drásticamente la calidad de vida del paciente.
La bomba implantada administra cantidades precisas de fármaco a través de un pequeño catéter a la medula espinal, mientras el neuroestimulador genera suaves impulsos eléctricos al espacio epidural próximo a la columna vertebral, que alterarán los mensajes de dolor antes de que lleguen al cerebro.
Se introduce un electrodo hasta llegar a la raíz del nervio trigémino. Éste genera calor por radiofrecuencia cauterizando el segmento del nervio comprometido e impidiendo de esta forma que el cerebro continúe recibiendo señales de dolor.
Las nuevas tecnologías de generación de imágenes cerebrales permiten detectar la presencia de arterias o venas que comprimen el nervio trigémino y abordar el caso por medio de cirugía mínima invasiva para descomprimirlo.
Se realiza una pequeña incisión y se introduce un electrodo que genera calor por radiofrecuencia cauterizando el segmento del nervio comprometido e impidiendo de esta forma que el cerebro continúe recibiendo señales, reduciendo e incluso eliminando el dolor lumbar.
Los bloqueos e infiltraciones consisten en inyectar anestésicos, esteroides o narcóticos directamente a los nervios o en los segmentos adyacentes de la zona cervical afectada, mediante procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos, que permiten mejorar drásticamente la calidad de vida del paciente.
La bomba implantada administra cantidades precisas de fármaco a través de un pequeño catéter a la medula espinal, mientras el neuroestimulador genera suaves impulsos eléctricos al espacio epidural próximo a la columna cervical, que alterarán los mensajes de dolor antes de que lleguen al cerebro.